El jueves pasado a media tarde tenia una reunión de trabajo muy importante para mi. Decidí comer en casa y de paso recoger unos documentos. Mientras comía puse el telediario. Durante 10 minutos no escuché otra cosa que noticias donde se narraba dolor, injusticias y desastres. Cambié al Canal de Discovery donde “el último superviviente” estaba a punto de soltarse del patín de un helicóptero.
Según iba avanzando el episodio de Bear Grylls, me di cuenta de lo importante que es la actitud y tener un objetivo claro. En este caso salir vivo, sobrevivir.
Pensé: si el fracaso no te puede salvar, lo único que te queda es arriesgarte, saltar, comer lo que pilles, aunque no estés seguro de que es comestible, sin plantearte su sabor o si está cocinado o crudo o vivo o muerto.
Qué pasaría si este espíritu de superación lo llevásemos a nuestras vidas en las lujosas y seguras ciudades, a nuestras casas llenas de comida, confort y calor. Si nuestra capacidad de resistencia y adaptación, aumentase hasta el punto de no dejarnos afligir o vencer por las circunstancias adversas, en una negociación, en un atasco, ante un suspenso o ante la enfermedad.
Cuando terminó su aventura volví a cambiar de canal. Ya con la taza de café en la mano, me encontré en este caso con unos tertulianos que se insultaban sin contemplaciones. Comparé mi estado de ánimo después de ver a Bear, con el que me producía escuchar a estos “señores”. Estaba claro que él alimentaba al héroe que vive en mi, y ellos me recordaban cuanto de “criptonita” hay en el ser humano.
Si quieres crear resultados positivos, conversaciones no violentas, ambientes de crecimiento, y ganar en paz interior, no dejes de exponerte y consumir productos que contengan: esperanza, alegría, pasión, esfuerzo, talento, creatividad, positivismo y entusiasmo.
Repasa las biografías de, V. Frankl, E. Shackleton o Mandela. A ellos la vida, les puso pruebas, donde sólo pudieron sobrevivir sacando el lado heroico que llevaban dentro.
Quéjate por un tiempo corto y limitado. Luego lánzate a la solución o acepta que las circunstancias son las que son y que con ellas tienes que vivir, sin perder tu actitud de superviviente, de imbatible.
Te lanzo esta pregunta: ¿Quieres ser de las personas que inspiran a otros o de las que están abonadas a la queja constante?